Libertad entre cemento

Resulta irónico que un material tan frío y austero como el cemento pueda llegar a contener algo tan intenso y efímero. Se puede y se encuentra en Berlin. Nada en común tienen la visión de su constructor con la de su actual descendiente, el cual ha visualizado y concebido este espacio con y para una percepción diferente de la realidad. Un espacio donde no pasa el tiempo, un espacio donde todo puede germinar, un espacio donde la palabra LIBERTAD está grabada en sus sobrias paredes.

Hay que estar preparado para adentrarse y eso se puede leer en los ojos. Serás bienvenido si realmente eres capaz de mirar esa libertad. Una mórbida mirada de reojo no será bien recibida.

Una vez dentro de su gris y oscuro interior todo está acomodado para trasladarte con todo lujo de comodidades a otro universo. En ese viaje hay 2 variantes de pasajeros, la clase transitoria, mórbida y un tanto terrenal y por otro lado la clase espectral, libre y volátil. Ambas juntas no colisionan entre sí, sino que se complementan y conforman un súbdito de seres deseosos por no parar de vibrar y elevarse con lo que le está irrumpiendo por cada poro de su pellejo. Si el viaje se repite continuadas veces, tu interior te puede forzar a cambiar de clase. Si esto sucede es que realmente eres capaz de percibir.

Un largo tiempo te costará recuperarte después de la primera vez y sólo en la retina se quedarán las únicas imágenes que podrás adquirir y gozar, suficientes para desear volver a sentir.
Cemento